Desperté tarde...dios siempre es lo mismo conmigo,corrí al baño, aún recuerdo cuanto odias que llegue después de lo pactado, pero lo siento creo que simplemente es mi naturaleza.
Deberás quería arreglarme como hace unos años, tacones, perfumes, medias, bolsos bien combinados y uñas con perfecta manicura, pero creí que no eran necesario ni tú, ni yo somos esas personas de antes mi querido "F".
Pantalones de mezclilla, tenis, una sudadera, poco maquillaje y un libro, perfecto no necesito nada más que esto, solo te robaré 10 minutos de tu muy ocupada y perfecta vida amigo mío, nada más que eso. En camino al encuentro pasaron muchas cosas por mi mente, estaba nerviosa como quien se va a reunir con un pariente perdido o a la identificación de un cadáver; creo que eso era para mi, el encuentro de alguien que ya no era lo que siempre había sido, un desconocido, un extraño, un recuerdo, una ilusión.
Llegue y no estabas, te busque con la mirada entre tanta gente que caminaba por los pasillos de aquella estación, apareciste en el quicio de una esquina mirándome con esa sonrisa, camine para verte y no pude evitar abrazarte fuerte, preguntaste como estaba...bien, estoy bien (esa siempre es y será la respuesta).
Y no es que esté mal, me hubiera gustado contarte que de hecho tomaba decisiones sin miedo, sin preguntarme que pensarías tú al respeto, que me cuidaba sola como antes y que de hecho pensaba seriamente en tener una relación seria con alguno de mis pretendientes, que tengo un proyecto de estudios, que he conocido a mucha gente nueva, que probé la marihuana, que terminé un libro de Benedetti que me recordó mucho a mí hace algunos año, cuando te conocí...... En fin muchas tonterías que seguro no te importarían saber sobre de mi.
Platicamos de trabajo, de proyectos, de planes de más trabajo....Todo lo dejé en mi mente, finalmente es ahí donde deben quedarse ese tipo de conversaciones, en mi mente, pero no pude dejar de llenarme de emociones. No se cuanto tiempo estuve en aquella entrevista pero regrese a mi vida rápidamente, me despedí con otro largo abrazo y camine a mi anden, me sentía ahogada, perdida, infinitamente triste y me di cuenta de una cosa, y esa es amigo mío que sin duda me a hecho mucho bien no verte, que hayas salido así de mi vida, sin aviso, sin despedida y lo justo es que te lo agradezca... Gracias por abandonarme de la manera en que lo hiciste, gracias por mostrarme realmente quien eres, porque ahora no idolatro un recuerdo de alguien que jamás existió y no busco la protección de alguien que no tiene porque hacerse cargo de mi, de hecho nadie en este mundo tiene porque hacerlo, pero no pude ahogar mi llanto ni mis pensamientos, y una vez más termine llorando en un vagón del metro.
1 princesitas dicen...:
Muchas pasamos por lo mismo. Ánimo
Publicar un comentario